1-Alimentación: llevar una dieta baja en hierro, vitamina B-12 y ácido fólico.

2-Trastornos intestinales: padecer algún trastorno intestinal que afecte la absorción de nutrientes en el intestino delgado, tales como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca.

3-Menstruación: la menstruación en las mujeres causa la pérdida de glóbulos rojos, en consecuencia, el riesgo de anemia por deficiencia de hierro es mayor en las mujeres en etapa fértil que en los hombres y en las mujeres postmenopáusicas.

4-Embarazo: de no existir una ingesta adecuada de un multivitamínico con ácido fólico y hierro durante el embarazo, la demanda energética y vitamínica que surge es un factor de riesgo de anemia.

5-Afecciones crónicas: el cáncer, la insuficiencia renal, la diabetes u otra afección crónica, son condiciones que pueden llevar a una escasez de glóbulos rojos.

6-La pérdida lenta y crónica de sangre: a través de una úlcera u otra fuente dentro del cuerpo puede agotar la reserva de hierro y producir anemia por deficiencia de hierro.

7-Antecedentes familiares: en los casos de anemia hereditaria, como la anemia de células falciformes.

8-Otros factores: historial de ciertas infecciones, enfermedades de la sangre y trastornos autoinmunitarios aumentan el riesgo de anemia.

9-Exposición a sustancias: el alcoholismo, la exposición a sustancias químicas tóxicas y el uso de algunos medicamentos pueden afectar la producción de glóbulos rojos y provocar anemia.

10-La edad: las personas mayores de 65 años tienen un mayor riesgo de anemia.

Los niños pequeños por su crecimiento acelerado requieren mayor cantidad de hierro y los ancianos mayores de 65 años tienen problemas para absorber el hierro nivel intestinal.

Para mayor información, consulte a su médico.

Fuentes:

1-Mayo Foundation for Medical Education and Research. Enfermedades y afecciones. Anemia. 2020. (en línea) consultado el 09/01/2020.